A partir del viernes de 1492, se inició un proceso acelerado de invasión y colonización. Muy pronto el llamado descubrimiento dio paso a una cruenta "conquista" que desbastó las poblaciones de las Islas Caribeñas y luego los de tierra firme.
En el año 2003 reivindicación de las nunca apaciguadas luchas de los pueblos Indígenas por su supervivencia y tolerancia, bajo el impulso de la "Revolución Bolivariana", el estado venezolano sustituyó la celebración antigua "Día de la raza"por la conmemoración del "Día de la Resistencia Indígena".
Cuatrocientos años hace que vivió el padre Casas y parece que está vivo todavía, dice el poeta José Martí. En efecto, todavía persiste en la conciencia y en el pensamiento hispanoamericano el sello quijotesco que Fray Bartolomé impuso en cada alegato, en cada giro polémico en defensa de aquellos pueblos oprimidos de América. El pueblo es memoria y hoy se hace eco del clamor de las civilizaciones victimas de la voracidad de las naciones imperialistas sigue consecuentemente en una resistencia física y moral contra la opresión y esclavitud social y económica.
Los pueblos de américa están conscientes que la resistencia no es una exageración sino una realidad que vivimos todos los días.
Tal vez estemos cerca de una "época dichosa" en que las naciones y los pueblos de nuestra América se coaliguen, reconociendo la necesidad de su mutua cooperación como garantía de aquello que Bolívar pedía en Angostura para nuestras sociedades: Prosperidad, Poder y Permanencia.
Prof. Neptalí Contreras.
Doc. 5to grado sección "A".
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