Prof. Rosmary Càrdenas. (Docente de guardia.)
INICIO DE LA CUARESMA
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de
conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la
Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de
nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de
Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del
Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo,
hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que
debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el
morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de
penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio
pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a
cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia
Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo
y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas
que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro
pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del
perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos
de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que
se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a
conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar
nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
40
días
La duración de la Cuaresma está basada en
el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta
días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el
desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los
cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública,
de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza
el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en
la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión
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